La propiocepción es un sentido, al igual que el tacto, el gusto, el olfato, la visión o la audición. La propiocepción es la sensación de la posición de la articulación con respecto al espacio que nos rodea, y nos permite regular las respuestas, la dirección y la coordinación de nuestros movimientos de manera planificada, exactamente como queremos movernos.
Importancia de la formación en propiocepción para los fisioterapeutas
Se cree que el entrenamiento de la propiocepción es sólo para aquellas personas que practican deporte, pero la verdad es que no es así. La propiocepción es necesaria para la realización de tareas, desde las más sencillas como meter una llave a través de una cerradura, hasta las más complejas como hacer un hoyo en uno en el golf, por ejemplo.
Además, la propiocepción es la encargada de advertirnos cuándo perdemos el equilibrio y qué hacer para recuperarlo rápidamente y evitar una lesión. Cuando se sufre una lesión en el organismo, sea del tipo que sea, es necesario recuperar la propiocepción perdida para recuperar la capacidad de respuesta automática y refleja.
En el ámbito deportivo, la propiocepción requiere de especial atención sobre todo en el trabajo preventivo de lesiones, más allá de la rehabilitación. Los deportes generan tensiones excesivas, y el cuerpo debe poder responder a todas ellas. Si alguna de esas tensiones no puede ser manejada por el organismo entonces cederán los tejidos y se originarán las lesiones.
Conocimientos fundamentales de propiocepción para un fisioterapeuta
Hoy en día existen diversos cursos y formaciones, fundamentalmente presenciales pero también online, sobre el trabajo propioceptivo. Una buena formación o curso debe incluir:
- Explicación del concepto de propiocepción, además de su relación con el equilibrio y la coordinación y la razón por la que el trabajo propioceptivo es parte del entrenamiento funcional
- Algunas consideraciones generales sobre el trabajo propioceptivo
- Sistema propioceptivo: órgano tendinoso de Golgi, huso neuromuscular, propioceptores vestibulares, propioceptores capsuloligamentosos, piel
- Relación con la propiocepción de los órganos de los sentidos: visión, olfato, gusto, audición y tacto
- Herramientas para el trabajo propioceptivo: Bosu, Dynair, T-bow, balance board, step, roller, TheraBand, fitball, trampolines, etc.
- Los distintos ambientes en los que se puede trabajar: suelo firme, arena, medio acuático, etc.
- Papel de la propiocepción en la rehabilitación y en el acondicionamiento físico (propiocepción en el deporte)
- Ejercicios de propiocepción indicados según la zona a tratar: cervical, cintura escapular, columna dorsal, columna lumbar, extremidad superior, abdomen, cintura pélvica, extremidades inferiores
Principales usos y aplicaciones de la propiocepción en fisioterapia
El trabajo propioceptivo debe ser introducido en cualquier fase de un tratamiento o entrenamiento. Entre las lesiones que podemos mencionar en las que es fundamental el trabajo propioceptivo tenemos:
- Esguince de tobillo: uno de los problemas del esguince de tobillo es que muchos médicos deciden inmovilizar durante largos períodos el tobillo. Esta falta de movimiento perjudica la capacidad de respuesta del tobillo a los cambios de dirección y movimientos que realizamos con el mismo, incrementando la posibilidad de una recaída en el esguince: una cronificación del problema. Los ejercicios de propiocepción se introducen en cuanto se pueda apoyar el pie y progresan en dificultan conforme se avanza en el tratamiento.
- Artrosis de rodilla: es necesaria la mejora de la estabilidad de la rodilla cuando los cartílagos articulares de desgastan, debido a que el desgaste genera dolor y el dolor genera rigideces que interrumpen la estabilidad. Además, cuando se agotan las opciones para el tratamiento de la artrosis y se hace inevitable el reemplazo de la rodilla por una prótesis, el trabajo propioceptivo con ésta “nueva rodilla” es igual de importante.
- Tendinitis del hombro: cuando los músculos del hombro no trabajan en armonía las estructuras son propensas a lesionarse, siendo una de las lesiones más comunes la tendinitis. El trabajo propioceptivo le brindará al hombro una mejor calidad en el movimiento, pudiendo responder mejor a las actividades cotidianas que se realizan.
- Luxación de codo: más allá del entrenamiento de la fuerza, se deben realizar ejercicios propioceptivos después de que un hueso salga de una articulación, en especial en el caso del codo. El trabajo propioceptivo hace que los músculos trabajen de manera sincronizada para evitar que la cabeza radial (en dicho caso del codo) se salga de su sitio.
- Reemplazo de cadera: el trabajo de la propiocepción de la articulación de la cadera durante las últimas fases de la rehabilitación tras la colocación de una prótesis aumentará la eficiencia con la que se producen los movimientos de la misma, sobre todo en la dirección y el rango.
Estos son apenas cinco ejemplos, pero el trabajo propioceptivo se utiliza tanto si hay una lesión como si no. Queda en el fisioterapeuta utilizar sus conocimientos en el trabajo propioceptivo y su creatividad para obtener el éxito en cada uno de sus tratamientos.